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miércoles, 9 de enero de 2008

Afuera

Afuera, a la intemperie
los sueños desgarrados
se retuercen moribundos
sin consuelo ni ilusiones.


Dejemos toda ilusión tras las puertas,
adentro, en este cuarto
tú y yo, tan reales, tan creíbles
tan multi-dimensionales
desde el alba hasta el olvido.

Dejemos la ilusión tras la puerta,
adentro, en nuestros ojos,
la censura ya no existe
ha sido degollada por el hacha de reencuentros,
ha sido desintegrada por las luces pasionales
de un incendio de emociones.
Las tristezas de tus ojos,
cicatrices de desplantes e ironías y silencios
son dos grandes fogaradas,
son ardientes llamaradas
que incineran esos vientos
forjados con dolor,
las tristezas de tus ojos
son umbrales al amor
son umbrales, son portales
a la ausencia y al amor.

Los mejores poemas que he leido

Siete mil millones de poetas
deambulan por el mundo
sin saber que son poetas.

Los mejores poemas
que he leído en mi vida;
me los han escrito en la piel
con una mirada;
me los han cincelado en el corazón
con una sonrisa;
me los han tallado en el alma
con una lágrima.

Todos somos poetas,
Aunque algunos no lo sepan.


domingo, 6 de enero de 2008

Tristeza oxigenada

Tristeza indetenible, inquebrantable, inacabable, irrepetible, impostergable, inaguantable;
tristeza etérea, invisible, aviesa, pálida
como la luz de la mañana entre ramales
de árboles de frondosa penumbra.
Como la tiniebla inequívoca
de la noche profunda, cuando más profunda es la noche
y las estrellas han huido despavoridas
a sus guaridas siderales.

Tristeza arácnida de telaraña vacía
sin una vulgar mosca entre sus redes,
tristeza aclimatada a los inviernos tropicales;
de nevados riscos y heladas sombras
en mis venas doloridas
por recuerdos brumosos:
Tañe tus cuerdas de guitarra ausente,
afina tu arpa melodiosa,
toca de nuevo el órgano basílico y templario
del fondo de los sesos.

Que tu concierto sea un soplo
de brisa de venados y tapires
y báquiros en manadas solidarias,
un sonar de cascabeles sin venenos,
un aplauso marítimo a horizontes lejanos e indefinidos,
un aroma de nardos y claveles
en las tierras escondidas del sauce y del ciprés,
un murmullo de chicharras
y un silencio de mendigos.

Que tu concierto sea
latigazo al egoísmo despiadado,
mordida voraz de caimán enfurecido,
zarpazo eficaz de bengala enardecida
tragándose al tigre que le diera un nombre.

Tristeza inconsecuente, impaciente, intransigente, inconsciente y transmutada
en piedra filosofal nunca descubierta,
en santo grial inútilmente humedecido
por sagrada salivación,
en poder de holocausto asteroideo,
sucumbe ante la metamorfosis sublime
que transforma el lúrido arrastre
en majestuoso vuelo...

Da paso a la alegría
tristeza oxigenada.

Sollozos

Sollozo,
árbol corroído,
desarraigado,
solitario y nebuloso.

Sollozo,
destino sin conciencia,
claustro sempiterno,
poema inacabado
de versos moribundos.

Sollozo,
pálpito arrítmico,
oquedad clandestina,
simiente silenciosa
de gotas de rocío,
en fin;
apenas
tan sólo
un tímido
sollozo.